Conseguir un buen currículo académico cuesta dinero, mucho
dinero. Como tener una casa suntuosa, un coche deportivo o una dentadura
resplandeciente. Hasta la chilena perfecta es cuestión de dinero. Antes pensábamos
que era necesario talento, poseer una cierta capacidad para lograr ciertas
cosas. Pero nos equivocábamos. ¿Cuántos másteres de este tipo hay que, una vez pagados
(las veces necesarias), hayan sido suspendidos? Quizás la propia idea del
suspenso sea un pensamiento primitivo, perteneciente a un pasado sin evolucionar.
Aprobar es rancio: ahora se abona. O se financia. Seguir leyendo: https://www.lanuevacronica.com/curriculo-y-ridiculo-1
(Publicado el 8/04/2018 en La Nueva Crónica de León, en una serie llamada "Las razones del polizón")
No hay comentarios:
Publicar un comentario