lunes, 1 de mayo de 2017

Trastos



El problema de las buenas ideas consiste en qué hacer con ellas cuando dejan de serlo, cuando ya no sirven. No existen consejos de administración donde regalarles una dorada jubilación para que no incordien. Es más, nos empeñamos en mantenerlas en activo con argumentos tan inservibles como la tradición (todo es tradicional, desde las matanzas a la estulticia) o el sentimiento (todo es sentimental, desde… ya saben). Como ocurre con los trastos, se convierten en un estorbo o se usan como remiendo ocasional.
A falta de nombre mejor, a una podríamos llamarla confesionalismo. Un credo oficial y los consiguientes alardes públicos de la fe religiosa sostuvieron sociedades y reinados omnímodos durante la Edad Media y mucho más tiempo. Pasado su momento, sin embargo, en cuanto las creencias de uno dejan de ser un asunto particular e íntimo, no hacen más que causar problemas, a veces de calado planetario. Cuanto menos cancha se da a su expresión, más inocuas y tolerables se tornan. Por ejemplo, en la semana santa los problemas de tráfico y de intransigencia colectiva caducan pronto, porque en definitiva se trata de una exaltación postiza, de quita y pon, apta para mejorar la caja de resultados de la principal industria local y hacerse fotos. Tanto la profusión como la insistencia delatan su carácter terminal.
Algo parecido sucede con el nacionalismo, otra criatura rancia. Durante siglo y medio sirvió fiel y útilmente a los intereses de nuevos Estados, sus gerifaltes y algún poeta arrebatado. Después ha tendido a convertirse en un terrible monstruo, un monstruito ridículo o un mero lastre: un juguete peligroso casi siempre. En este caso una terquedad obtusa suele delatar ocultas y ladinas intenciones y también aquí los pleonasmos revelan su agotamiento como idea digna de atención. Inflamados de fe en algún dios verdadero o de exaltación por alguna bandera legítima, nos comportamos como un mono con dos hachas y las agitamos contra todo lo que se mueve alrededor.
(Publicado en La Nueva Crónica de León, el 29/4/2017: http://www.lanuevacronica.com/trastos)

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