domingo, 19 de junio de 2016

Ofertas




Este lunes pasado, después de la victoria de la única España vertebrada que nos queda, ante una parte de la antigua Checoslovaquia que aún no sabemos si llamar Chequia, se emitió un programa un tanto desequilibrado, habitado por cuatro (cuatro) comerciales y tres (tres) presentadores (o dos presentadores y Pedro Piqueras). Nos dijeron que la televisión pública no daría publicidad nunca más, pero ese día nos hurtaron el prime time al que la Constitución nos da derecho después de la cena más tardía de la Unión europea. Se trataba de un publirreportaje de más de dos horas, enlatado y medido: hasta los segundos estaban contados. Con lo que cuestan los segundos en televisión. Y allí estaban ellos, de traje y corbata, sin ella o con la camisa remangada, dependiendo de la imagen de la empresa a la que representan. Los cuatros directivos de las cuatro principales compañías telefónicas (Movistar, Vodafone, Orange, Yoigo…), calentándonos la oreja para que contratemos con ellos. Una permanencia de cuatro años exige ofertas y condiciones a la altura del compromiso. El de la derecha (sito a nuestra izquierda), de azul corporativo, dice que bajará las cuotas, pero (ojo) las acaba de subir en la última permanencia, qué pillo. Otro, el de rojo, afirma que se ocupará de que nunca nos falte de nada, pero (ojo) eso nos lo han dicho tantas veces. El de naranja, promete que van a darte lo mismo que los demás, pero sin engañarte; pero (ojo) luego usa la red de los otros dos, y como algo tiene que ganar, yo no me fío. Y, por fin, el de morado, con su estilo desenfadado, asegura que no te cobrarán la permanencia, te darán megas y minutos a cascoporro, y que no nos fiemos de los tres huevos duros de la gran multinacional del sector. Pero (ojo), prometer es gratis.
Ahora te llaman ellos amablemente, pero luego no se ponen al aparato, encomiendan las quejas a una máquina parlante y acabas por colgar de pura desesperación. ¿Qué opinan? ¿Cambio o sigo con la compañía de antes?
(Publicado en La Nueva Crónica de León, el 18/6/2016)

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