sábado, 4 de junio de 2016

Jano



 
Con la negociación de tapadillo del TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones) da la misma impresión que con muchas decisiones que acaban por afectarnos de forma determinante: al igual que la Luna, la realidad tiene dos caras, y no sabemos qué sucede en la oscura. Demasiados asuntos se dirimen bajo cuerda y nos enteramos cuando ya es demasiado tarde; o simplemente no nos enteramos. También da la impresión de que, pese a vivir en democracias, proliferan mecanismos y entidades (supuestamente emanados de sistemas participativos) destinados a dictaminar normas y obligaciones que ni se someten a escrutinio público ni se ajustan a ningún programa o propuesta política que los ciudadanos hayan podido considerar. Las abusivas obligaciones que impone Bruselas a países presupuestaria y socialmente frágiles no han sido aprobadas por sus ciudadanos aunque se vean obligados a consumarlas dolorosamente. Es más, quienes las determinan no están sobrados de inocencia o responsabilidad en ese drama. Ni somos informados ni seremos consultados sobre mandatos que modifican nuestras vidas, aunque lo hagan suave y definitivamente, como una especie de cambio climático económico, social y político.
Luz y tinieblas. En economía convive la teoría del reparto equitativo de las obligaciones fiscales con las SICAV y los panamás del mundo, como si leyes y justicia valieran sólo para los del tendido de sol. Ítem más: en el fútbol, por una parte están el deporte y las aclamadas copas europeas y por otra la negrura insondable de los negocios turbios, las deudas con hacienda y los chanchullos. Una realidad bifronte en que la zona de sombra prevalece; una esquizofrenia de la quizás salgamos con camisa de fuerza, porque de tanto ocupar el lado soleado, nos abrasamos. Y luego se oye cómo denominan “antisistema” a algunos grupos que exigen el cumplimiento de principios básicos en que se fundamenta nuestra convivencia, sin advertir que su reverso se llama Trump, Hofer o Le Pen.
(Publicado en La Nueva Crónica de Léon, el 4/6/2016)

No hay comentarios:

Publicar un comentario