domingo, 12 de junio de 2016

Bertines



 
Hace más de medio siglo que Umberto Eco publicó un conocido ensayo en que dividía el mundo entre apocalípticos e integrados. Sin embargo, nuestra España inmarcesible y postcrítica se divide mucho más concreta y específicamente: nos pasamos la vida entre marianos y bertines.
Nuestro menoscabado presidente en funciones de no funcionar se distingue mundialmente por su frugalidad intelectual y su paquidermia institucional y se comporta como un apocalíptico sin vocación, un sinsangre obligado a la acción. Ante la duda, no suele moverse y cuando no duda, tampoco. Y si, por desgracia, hay que hablar, “o yo o el caos” es la divisa que le tienen encomendada y él la menudea sin convicción. Predica un apocalipsis de mesa camilla y brasero, que le chamuscará las zapatillas a poco que se trasponga como suele. Cuando preside está como ausente, pero no calla.
Por el contrario, el hiperactivo y polifacético Norberto Osborne, con ese alias y aires de perpetuo y pizpireto mozalbete, yergue su silueta apolínea como el paladín de un país sin complejos, seguro de sí, sangriento (de sangría) y taurino y olé. Y como hombre anuncio que es, dado a las finanzas, Bertín anuncia cositas. Hay quien dice que a los cuarenta se nos queda la cara que merecemos, la que nos retrata. Para el caso de los famosos cabría decir que acaban por anunciar aquello que saca de ellos lo que llevan dentro. Bertín, que empezó en la recordada Sofico, presta en estos días su imagen a la publicidad de dos productos acordes con su arrebatadora personalidad: una entidad prestamista que ofrece créditos a un interés usurero (el cinco mil por ciento TAE, según parece) y una clínica dental cuyo lema es “la sonrisa lo cambia todo”. Tiene razón: la sonrisa lo cambia todo, en especial cuando se hiela en la cara del que no puede devolver un crédito. O en la del que escucha a nuestro presidente pronosticar ese acabose que son los otros o ese cielo que nos tiene prometido hace tanto tiempo y no acaba de llegar.
(Publicado en La Nueva Crónica de Léon, el 11/6/2016)

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