lunes, 2 de mayo de 2016

Shakespeariana



 
Al final, todo habrá de resolverse durante el sueño de una noche de verano. El Macbeth de la coleta, receloso de todos y presto a alcanzar el dominio que de su gracia espera y cree merecer, no teme que el bosque de Birnam alcance su ciudadela: su estirpe es única. Pero el Garzón rey Lear titubea: ¿entregará su frágil trono a quienes afirman una fidelidad esquiva o mantendrá la suya propia a quienes le estimaron aunque fuera humildemente?
“Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo”, implora Albert III de la Rivera, en medio de la refriega sin saber muy bien hacia dónde dirigirse, cuál será el sentido de la derrota y de la victoria, cuál será ese, su bando. Por su parte, Sánchez suplica que de la libra de carne que han de arrancarle no mane demasiada sangre. Eso sí, Sánchez y Rivera, amantes veroneses, parecen haberse envenenado dulcemente con vehementes relaciones: difícil será verificar esos tratos frente a la inconstante Luna, ante capuletos y montescos desde siempre erizados contendientes.
Mientras todos parecen culpables de algo, Rajoy el hipocondríaco ora toma la calavera de su Yorick (Rafael Hernando), ora se pregunta si será o no será, una vez más. Evita el espectro en que se ha convertido su padre (Aznar), y aunque algo (mucho) huela a podrido en Génova, no se decide, rumiante de su propio tancredismo. Mientras se representa la ceremonia de la confusión, no son pocos los que consideran que quizás sea mejor así, pues si se moviese, daría en acabar con todos, con él mismo y hasta con el apuntador (Bárcenas). Su Ofelia particular acaba de publicar un libro en el que dice que no se calla. Más valdría.
Pero eso son tragedias. Y sin embargo, la comedia de las equivocaciones es estupenda: trabajos de amor perdidos, mucho ruido y pocas nueces, a buen fin no hay mal principio, las alegres comadres de Windsor… Todo está ya dicho. Y todo acabará en el sueño de una noche de verano, la del 26 de junio. Volviendo a empezar, con otra Tempestad.
(Publicado en La Nueva Crónica de Léon, el 30/4/2016)

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