martes, 16 de febrero de 2016

Cobrar



 
Que manía. A la mínima, a cobrar. Había que hacer algo, y la “solución” es cobrar. El pasado martes, desde el Consejo comarcal berciano se sugería la posibilidad de regular el acceso a Las Médulas mediante la habilitación de una tasa de entrada. Decisión destinada a “controlar” la afluencia de público, se comentaba como explicación. Controlar. Desde su enaltecimiento como patrimonio mundial, Las Médulas no ha dado de sí más de lo que solía, que es lo mismo que daba por sí misma sin necesidad de tanta alharaca y órgano gestor y postulante. Sin embargo, pese a tanta reunión, idas y venidas, enojos y porfías, ahora la ocurrencia es cobrar. Y ponerle puertas al campo, vaya.
Hay un discurso rancio pero asentado que suele afirmar que no valoramos lo que no pagamos. Tal simpleza no merece mucho comentario, pero sí el hecho de que, además, raramente pagando se obtienen los beneficios que se pretenden, si no se calculan efectos secundarios y perniciosos a medio y largo plazo. En el caso del turismo, si se confirmase esa intención, no solo Las Médulas ilustrarían esa torpeza. Hace ya un tiempo que la catedral de León, como la inmensa mayoría de ellas, cobra una costosa entrada para acceder a su interior. Se supone que ello redunda en su conservación, aunque uno vea los mismos problemas, las mismas soluciones e idénticos “paganos”. Pero, como pasa con todo, sucede que el visitante no gasta más dinero que antes, aunque le cobren más o en más sitios, sino que, con el mismo o similar presupuesto, selecciona sus visitas, y si bien la catedral se le antojará imprescindible, evidentemente, prescindirá de otros lugares que antes sí visitaba o podría visitar. O de otras actividades de pago que antes sí se permitía. O sea, que gastará lo mismo, porque nada nuevo se le ofrece, pero no en lo mismo. El resultado deviene perverso pero obvio: en lugar de más lugares, se conocerán menos, se pasará menos tiempo en ellos, se gastará menos en cada sitio. Eso sí, se controlará más.
(Publicado en La Nueva Crónica de Léon, el 13/2/2016)

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