lunes, 8 de febrero de 2016

Baile



 
El baile comenzó el veinte de diciembre, pero los preparativos mucho antes, por supuesto. Que si ir de rebajas sin que se note, para estar elegantes sin gastar demasiado, que si dejarse ver por todo el mundo, que si charlas por aquí y galanteos por allá… Un no parar. Pero el gran día llegó: empezó el sarao. Y con él, el flirteo.
Nadie quiere bailar con la más popular de años pasados. Arrastra fama de ingrata y altanera, de no haber querido nada con nadie durante este largo curso y eso acaba pasando factura. Ya no es tan popular, aunque ella no se dé por enterada porque aún la miran al pasar: pero nadie la pretende y ella no hace ni un ademán humilde. Además, aunque disimule, se ha abandonado y huele mal, y cada vez más. Otra chica, la que empuña una rosa, no tiene remilgos, quiere sacar a bailar a cualquiera, a todos si hace falta (salvo a la popular, claro). Pero eso no puede ser: su círculo de amigas -algunas no muy amistosas- insiste en que saque a uno, que no se puede bailar con varios, a no ser en una sardana, y no es el sitio; dicen. Por su parte, el joven de la coleta la pretende con un compromiso formal, exclusivo. Más que en el baile, piensa en un noviazgo. Incluso hay quien diría que piensa más allá de la ruptura de ese romance, cuando vuelva a ser alguien sin compromiso y se celebre otro baile. El guaperas del traje cruzado en tonos naranja querría sacar a la popular, pero teme el rechazo de los demás, tal es la fama que aquella ha ganado a pulso. Quizás espera que la popular se asee un poco y, sobre todo, el momento en que no miren. Los independentistas, con sus bolígrafos en el bolsillo  de la camisa de cuadros, parecen aguardar si hay conga y barra libre. Quedan chicas sueltas: canarias, vascas… están un poco a la que salta. A veces da la impresión de ser un festejo de cuento: hasta príncipe hay, aunque ya sea rey. Otras veces parece que el zapatito de cristal se les hará añicos de tanto manosearlo. A medianoche la carroza será calabaza.
(Publicado en La Nueva Crónica de Léon, el 6/2/2016)

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