domingo, 13 de septiembre de 2015

Vendetta



 
A veces, demasiadas veces, da la impresión de que también en lo público, todo es una cuestión privada, personal. De venganzas, fobias, filias y demás temas entrañables (procedentes de las entrañas). Da la impresión de que se mueven montañas solo si el enemigo las escala, de que las sillas se tambalean si determinada persona se sienta, de que la cama se hace para que no se acueste alguien. Y como el valor en la mili, la podredumbre se les supone a todos, pero sólo merece un escarmiento si alguno se sale del guión, de los límites permitidos, según reglas que también a veces da la impresión de que se nos escapan, porque ni están escritas ni se dicen en voz alta, como las de la omertà. Son cabezas de caballos que uno encuentra al despertarse.
Que los nacionalistas de CDC (antes Convergencia, ahora divergencia), que parecían buena gente para aliarse en caso de necesidad (véase la legislatura normal de Aznar) de repente mean fuera del tiesto, en plan que se pasan de independentistas, pues se busca en el cajón de la porquería y se les aplica el correctivo pertinente. O sea, se manda gente de uniforme a su sede a por papelotes comprometidos, y después afloran en titulares de todos los periódicos. Y así con todos, con el Partido Popular (más impopular que nunca), con los socialistas (para qué decirlo), con Unión progreso y… (¿unión?). Y llegado el momento del escarnecimiento público, los demás actúan como el gendarme de Casablanca a la salida del casino. Qué vergüenza más ajena.
Quizás por estar en casa del herrero y porque ninguna cuña como la de la propia madera, todos saben muy bien los votos que se pierden con eso de las pudriciones y las ilegalidades. Así que las campañas electorales, que antaño solían criticar las decisiones del gobierno de turno, se concentran ahora en sacar la basura a la calle, para que la olfateemos todos, aunque en las sedes de los partidos cada vez da más la impresión de que padecen el síndrome de Diógenes. Y el de Vito Corleone.
(Publicado en La Nueva Crónica de León, el 12/9/2015)

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