domingo, 16 de agosto de 2015

Estío



 
Leer la prensa en verano da gusto y pereza a partes iguales. Para empezar, uno no la lee, sino que la ojea con desgana mientras espera a alguien o saborea un café, una cervecita, morosamente, haciendo omiso caso de tanta negrita y tanta palabrería vana: es como el eco lejano de una verbena a la que no se acudirá. Y, además, porque a veces da la sensación de que la realidad fuera otra, más acogedora, menos tensa, más sonriente y hasta un punto friki; y uno se demora en los artículos que semanas atrás no hubieran tenido hueco libre que ocupar, reportajes como un documental de La Dos: interesantes… pero que no apremian. Y dan un poco de sueño. Que si los cuarenta chiringuitos playeros más cool de la costa cántabra, que si una nueva imagen de Plutón desde el espacio, que si un robot japonés que tira las faltas como Messi y uno fabricado en Jaén que entra al tobillo como Pepe… Aquí en León, como no queremos salir del pueblo, nos traen el Museo del Prado a casa, que de prados sabemos mucho. Y como ya va habiendo demasiados museos, en los sitios que antes se ponían, ahora se van a abrir gastrobares, que son como las tascas de antes, pero más caras y más pijas, y con cuadros en lugar de calendarios de talleres. Ahora todo es cultural y gastronómico a la vez, de ahí esas digestiones tan pesadas. Va a haber que declarar al bicarbonato bien de interés cultural, como a los toros. Eso sí, un día de estos ruedan Juego de Tronos en la terraza del Benito.
Por otro lado, los becarios y alumnos en prácticas de periodismo, que aún creen en eso de ir a buscar la noticia, lo hacen. Y se percatan de que no hay noticias. De la capacidad para crearlas de la nada dependerá su futuro como profesionales del gremio. Pero de momento se conforman con llamar a los museos y casas de cultura para ver si ha llegado ya el Prado o se le espera inminentemente. Y otra cosa buena del verano: los leo cumplen años. Y ahora tienen su fiestuqui: hoy, detrás de la catedral. Felicidades a todos.
(Publicado en La Nueva Crónica de León, el 15/8/2015)

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