domingo, 9 de agosto de 2015

Civilización



 
Sucede en una ciudad lejana, pero eso importa poco. Desde una discreta distancia, la observo casi por azar, distraído al principio, más interesado a medida que transcurren los minutos. Se acerca caminando con cierto bamboleo fruto de la edad y de las bolsas que apenas es capaz de aferrar con seguridad. Rondará los setenta, pero viste desenfadadamente, unas deportivas, unos vaqueros desgastados y un suéter holgado, con aire de haber salido de casa con lo puesto, su mata de pelo gris algo alborotada, solamente para arrojar al reciclaje los cartones que asoman bajo sus brazos firmes. Hace calor. Al acercarse al contenedor sorteando bolsas de basura, se encuentra con que la ranura está obstruida por desperdicios que alguien ha arrojado precipitada y descuidadamente antes. Aún así, hay espacio para introducir lo que ella trae. Pero no lo hace. Y tampoco duda. Deposita con cuidado su carga en la acera y se dispone a desatascar la abertura del contenedor. Le lleva un rato, pues papeles y cartones atoran a presión la embocadura, por lo que debe sacar uno a uno hasta liberarla y, después, encajarlos de nuevo uno a uno; justo lo que no hizo quien los apretó antes de manera tan negligente. Pero de su boca no sale ni un solo improperio, ni una murmuración, ni un suspiro. Se diría que se trata de su trabajo, de algo que hace porque debe hacerlo. Y cuando termina, cuando al fin libera el paso y puede arrojar los cartones que ella ha traído, lo hace metódica, paulatinamente, para que no se reproduzca el problema que ella ha solucionado. Termina y, tras un recatado estiramiento que revela, de nuevo, su avanzada edad y el esfuerzo que ha realizado, se aleja con pasos algo más gráciles, quiero pensar que más satisfecha, sin mirar hacia donde yo la admiro, y la dedico ahora ya una contemplación llena de reconocimiento que ella nunca conocerá, ni tampoco necesita para esforzarse en hacer lo que debe hacerse. Sí, es civismo, pero, sobre todo, esto es civilización.
(Publicado en La Nueva Crónica de Léon, el 8/8/2015)

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