martes, 14 de abril de 2015

Fundación



 
La pasada vez había aquí arena; vaya ahora la de cal. Muy pocas veces las cosas son como deberían en buena lógica. Muy poquitas ocasiones, tan raras que no hay fácil parangón, los proyectos culturales nacientes son ejemplares, metódicos, paulatinos, sólidos. Y privados. Y nacen de simientes comedidas que, al fructificar, devienen tallos vigorosos, leñosos troncos al fin.
Así, pongamos un caso -el caso-, la Fundación Antonino y Cinia, en Cerezales del Condado. Desde hace tiempo, con tanta discreción como constancia, en ese pueblecito de León se congregan gentes llegadas de muchos sitios cada vez que se convoca uno de sus pródigos y excelentes actos culturales. Una exposición original y sutil traída de lugares distintos y distantes, una charla de primer nivel trasplantada a lares tan modestos que se abarrota de atentos oyentes, una excursión campestre y pedagógica, un teatrillo de títeres rodeado de jolgorio infantil, una audición musical vibrante que conquista las iglesias de alrededor, descubierta su condición de salas de concierto de forma tan natural como infrecuente... 
Pero eso no es todo. Tras seis años y medio, un empeño mayor la encamina ahora hacia un centro cultural espacioso, prudentemente capaz de casi cualquier cosa, que se edifica entre los árboles (ninguno de ellos ha caído bajo el hacha...) para albergar ese entusiasmo y más que vendrá. Seguro. Un centro en el que cada forma, cada detalle y cada metro cuadrado están meditados y ceñidos a un rigor intelectual digno de tal empeño. Saben lo que quieren.
Porque el envite de la Fundación que tiene su solar natal en este rincón del Condado no ha sido, ni es, contar con un lugar epatante o desmedido para ver si luego se rellena con lo que sea, sino construir contenidos, expectaciones, participación, dar un sentido a las cosas y, después, levantar un lugar para albergarlas. Enhorabuena. Les deseo lo mejor, pues también será lo mejor para todos. Han construido empezando por los fundamentos.
(Publicado en La Nueva Crónica de León, el 11/4/2015)

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