domingo, 22 de marzo de 2015

Zapatero



 
Entre los comportamientos que distinguen al votante de izquierdas del de derechas está la consideración con que tratan a sus líderes. El primero suele ser implacable con los propios; el segundo, con los ajenos. Esa idiosincrasia crítica que caracteriza al primero (y que le hace escatimar su apoyo o su voto a la mínima decepción), ha traído mala suerte a Zapatero. Pocas legislaturas tan lustrosas y completas como la primera del leonés, pocas tan prometedoras como la segunda. Pocos finales tan frustrantes, errores tan estratégicos y proyectivos como los acaecidos en un último año funesto. Pero, pese a todo, con ánimo de ecuanimidad, tengo para mí que su mandato completo merece un balance positivo. Aunque las críticas condiciones que han depauperado este país comenzaran bajo su gobierno y hayan dejado un poso de amargura y resentimiento contra él que la derecha aprovecha para instrumentalizar cada vez que tiene ocasión, el futuro, un futuro más neutral, lo juzgará como un buen presidente, honrado y, si no muy certero, al menos centrado en fortalecer una modernidad que se nos suele atrancar a la mínima y en lograr un país más justo. Nada de lo turbio que destaca en otras legislaturas se aprecia en la suya en exceso.
Por ese motivo resulta lastimoso que haya desertado de la que hasta hace poco era una digna continuación de su papel institucional como el único expresidente que mantenía la compostura. La entrevista cubana fue una torpeza por no haberse advertido y reconducido en pro de los intereses del Estado. Lo hizo Aznar antes y se le afeó desde la Moncloa de Zapatero. Pero la fotografía con el ominoso mapa de un Marruecos expansionista que incluye el Sáhara resulta un agravio. Y, por desgracia, es un doble agravio: a los excompatriotas que luchan honrada y pacíficamente por un lugar en el mundo desde hace décadas, y a su propia política, a lo que esperábamos de él según esa evaluación que pretende ser justa de su trayectoria como mandatario. Lástima.
(Publicado en La Nueva Crónica de Léon, el 21/3/2015(

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