domingo, 27 de abril de 2014

Turismo





Euforia cofrade aparte (bendito dios sol), recuerdo que días atrás se preguntaba Fulgencio en estas páginas sobre qué se puede hacer para “rentabilizar” tanto como León dice ofrecer, qué hacer para que vengan a ver más cosas, se queden más, gasten más. La respuesta no es sencilla, y sí lo es a la vez. No lo es porque el comportamiento turístico se rige por unos patrones consolidados de difícil transformación, salvo eventos temporales de gran presupuesto. No lo es porque la tendencia obvia es abaratar precios, y ello se contradice con la propensión al aumento de, por ejemplo, las entradas de monumentos (la catedral, cinco eurazos... y San Isidoro, lo mismo: ¿cuántos redundan?). No hay en León estudios analíticos sobre este particular, ni rutinas de coordinación de los recursos y agentes implicados que permitan obtener mayores sinergias. Y he ahí el quid. Porque la respuesta es que hace falta trabajo. Trabajo para ofrecer productos de calidad y cualificados. Al turista de hoy no se le puede brindar cualquier cosa, por grandilocuente y copetuda que parezca. Es turista, no tonto. Por ejemplo: ni el parlamentarismo es tangible, ni el copón de doña Urraca factible, aparte de como la gran pieza medieval que siempre fue (y aparte cuartos y milenios). Lo que León tiene para ver, tocar y creer son otras cosas, pero hay que trabajarlas. De poco valen ocurrencias, ideas sin presupuesto, personal, equipo o preparación, clamores y rasgados de vestiduras o fantasmas pucelanos a los que culpar. Si se quiere llevar a cabo un proyecto serio, hacen falta años y dedicación para obtener frutos. Frutos que no son inmediatos ni rumbosos. Son una lluvia lenta que acaba por empapar. Verbi gratia: el patio está revuelto a cuenta del pretendido descubrimiento de algo que, en puridad, no ha existido nunca. Una patraña. Sin embargo, mucha gente sensata acaba afirmando que da igual, mientras ello suponga que venga más gente a León. Y ahí radica el problema: en que no da igual.
(Publicado en La Nueva Crónica de León el 26/4/2014)

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