domingo, 26 de enero de 2014

Violencia




Me resulta muy violento que entre veinte personas acumulen más riqueza que el veinte por ciento de la población española. Me parece violento en exceso que casi todo ese enorme número de gente no pueda ganarse la vida, que no tengan para calentarse en invierno y apenas para comer todos los días en un país que se dice moderno, europeo, democrático y todas esas cosas. Me provoca una violenta rabia que la mayoría de las empresas del IBEX 35 tengan enclave en paraísos fiscales para no pagar impuestos en su “patria”, o que los bancos no aplacen el pago de un euro a nadie, ni siquiera a una familia que se queda en la calle, pero entre todos hayamos saldado sus deudas y, lo que aún es más violento, contemplemos la impune desfachatez y el latrocinio de gran parte de sus gestores, la forma en que nos estafan. Saca de mí la parte violenta que todos tenemos que España sea uno de los países del mundo en que más ha aumentado la desigualdad y que, en estos últimos años, los salarios sólo hayan bajado para las rentas medias y bajas, la precariedad laboral se haya hecho norma y normal y se deprecie a niveles vejatorios el esfuerzo de los que menos tienen, mientras se blindan los privilegios económicos de los enriquecidos a costa de todos. Me enerva con violencia que se recorten derechos y servicios básicos para convertirlos en negocios privados de esos mismos tipos. Y me causa arrebatos violentos contemplar como un alcalde en combinación con uno de los “señores del ladrillo” pretende gastar una morterada de dinero en obras innecesarias y contrarias a los intereses de sus ciudadanos en un barrio azotado por la necesidad y el abandono. Todo esto, y mucho más, me parece de una violencia insostenible.
Y sí. Dicen que es violento que unos cuantos ciudadanos salgan a la calle, muy cabreados, y algunos griten, den carreras y quemen algunos contenedores o rompan lunas de sucursales. Sí, es cierto, es violencia y nunca debe justificarse. Pero, ¿qué quieren que les diga?
(Publicado en La Nueva Crónica de León, el 25/1/2014)

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